Sr. Rajoy,
presidente del gobierno de una España que no nos representa. Es usted un genocida económico.
Puede
resultar tremenda esta calificación, pero no me viene a la cabeza otro adjetivo
para las medidas que usted ha tomado en contra de las clases medias
trabajadoras, los parados, los necesitados y todo aquello que era símbolo de una
nación moderna, cohesionada: el estado de derecho.
Usted ha
planificado a conciencia la desaparición del estado de derecho tal y como lo
conocemos. Con la excusa de la crisis, usted ha iniciado el desmantelamiento a
conciencia de todos aquellos servicios públicos en los que nunca creyó, no por
ser insostenibles sino por ser competencia para la empresa privada, a la que
usted y su partido les debe tantas campañas electorales y tantos favores.
Usted ha decidido
que España debe volver a ser un país pobre, donde la mayor preocupación de los
ciudadanos no sea la política ni los derechos sociales, sindicales o de justicia, sino simplemente llevar un plato de
comida a la mesa. Un país donde la cultura y la educación sean exclusivas de
las clases más pudientes, las élites económicas y políticas afines a su movimiento.
Donde la sanidad de calidad solo la tengan quienes puedan pagarse un seguro
médico, y el resto dependa de la subsidiaridad. Donde las masas estén sometidas a los 10
mandamientos y el dogma de la iglesia católica, de la que tan fervorosamente
defiende usted sus prebendas, y tan sumiso se muestra ante sus dictámenes.
Una España más
parecida a la de postguerra, donde se persiga al disidente y el discrepante,
donde se reprima al que proteste y se acalle al que verdades proclame. Un
estado policial que limite las libertades que tanta sangre y sufrimiento costó a nuestros padres y abuelos.
Si Sr. Rajoy, es
usted un genocida, no como otros que utilizaron armas contra su pueblo, o
planificaron soluciones definitivas contra cierta población, o gasearon aldeas
y pueblos enteros, de momento. Usted ha utilizado las medidas económicas para
destruir inmediatamente la vida de muchos ciudadanos Españoles, y seguramente
impedir la de las futuras generaciones inmediatas. Usted con sus medidas ha
llevado a la indigencia a muchas familias, negándoles sus derechos
constitucionales a una vivienda y a un trabajo digno. Usted ha llevado al país
al colapso absoluto, con la inestimable colaboración de sus ineptos ministros,
mientras su claca de impresentables diputados lanzan exabruptos y provocaciones
a los sujetos de sus ataques.
Y deje ya de
decirnos que es lo que nos merecemos, porque no es verdad. No nos merecemos a
usted ni a sus medidas, ni nos merecemos que nos esclavicen con las deudas
generadas por los especuladores financieros y los políticos corruptos, a la
postre la mayoría de su partido. Ni se merecen nuestros hijos e hijas un país
en el que no podrán vivir.
Por eso Sr. Rajoy
Márchese ya, sino será el pueblo quien lo corra calle abajo.
No subestime al
pueblo Español, torres más altas cayeron antes.
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